Los juegos de Moldetelar se van lejos, algunos se fueron al sur a Villa La Angostura y Viedma. También hacia el norte, a San Juan. Otros cruzaron la cordillera, rumbo a Chile. El mes que viene algunos van a Méjico y otros a España. Nos piden de Mendoza, Rosario, Mar del Plata y de Costa Rica, Perú, Escocia!!!. A paso firme se van alejando y encontrando adeptos en otras localidades. Qué bueno leer las elogiosas palabras de quién va descubriendo el sistema!!!
Moldetelar surgió como un chispazo, no fue una idea largamente madurada, sino algo que apareció en mi mente ya armado, quizás no fui consciente del proceso interno que derivó en este resultado.
Claro que después de la idea vino la etapa de moldear su realización y allí conté con aliados incondicionales: mi socio de la vida con el que comparto tantas sociedades como etapas que vivimos juntos, y con nuestra hija menor, que trabaja hace meses desde lo intelectual-creativo para apuntalar esta empresa. Son muy importantes también las manos tejedoras, que desde el principio hacen prendas. Emocionante la colaboración de muchas personas que, desde su ámbito, ayudan, apoyan, estimulan, acompañan el crecimiento de este emprendimiento.
Casi todas las semanas ofrezco charlas informativas para mostrar de qué se trata. Quienes lo desean eligen tomar clases para tejer conmigo, las autodidactas tejen solas. Sólo tienen que comunicar su interés de participar en una, por mail o por teléfono, están invitadas.
Esto es una red que va creciendo, tejida con la participación de "muchos hacedores", deseamos que se acerquen por ejemplo profesoras que quieran transmitirlo a sus alumnos, quienes quieran ofrecerlo en su localidad, estamos abiertos para que la red crezca.
Desde el inicio imaginé un Moldetelar viajero, haciendo que muchas personas disfruten de un método diferente, día a día vamos dando los pasos necesarios para hacerlo realidad.
Moldetelar surgió como un chispazo, no fue una idea largamente madurada, sino algo que apareció en mi mente ya armado, quizás no fui consciente del proceso interno que derivó en este resultado.
Claro que después de la idea vino la etapa de moldear su realización y allí conté con aliados incondicionales: mi socio de la vida con el que comparto tantas sociedades como etapas que vivimos juntos, y con nuestra hija menor, que trabaja hace meses desde lo intelectual-creativo para apuntalar esta empresa. Son muy importantes también las manos tejedoras, que desde el principio hacen prendas. Emocionante la colaboración de muchas personas que, desde su ámbito, ayudan, apoyan, estimulan, acompañan el crecimiento de este emprendimiento.
Casi todas las semanas ofrezco charlas informativas para mostrar de qué se trata. Quienes lo desean eligen tomar clases para tejer conmigo, las autodidactas tejen solas. Sólo tienen que comunicar su interés de participar en una, por mail o por teléfono, están invitadas.
Esto es una red que va creciendo, tejida con la participación de "muchos hacedores", deseamos que se acerquen por ejemplo profesoras que quieran transmitirlo a sus alumnos, quienes quieran ofrecerlo en su localidad, estamos abiertos para que la red crezca.
Desde el inicio imaginé un Moldetelar viajero, haciendo que muchas personas disfruten de un método diferente, día a día vamos dando los pasos necesarios para hacerlo realidad.